Caminó por el borde del río, intentando no tropezarse con todas las personas que habían tenido la misma idea que ella. Todos parecían estresados y cansados.. faltos de vitalidad, incluso en un porcentaje alto, tristes. Ella no lo entendía, cada día había momentos pequeños y preciados por los que sonreír. Cuando la multitud empezó a ser demasiado ruidosa, decidió alejarse y sentarse en las sillas de cuero de un pequeño café.
Cogió con cuidado una revista de su bolso y empezó a mirar vestidos. Quería estar deslumbrante para la exposición. Sentía que algo nuevo la esperaba allí. Debía elegir un vestido largo, ya que eran las instrucciones oficiales. Había demasiados. Iba a ser una tarea difícil. ¿Una persona se puede fiar de sus presentimientos? se preguntó, ¿acaso las sensaciones son erróneas y será una velada de lo más normal?. En plena reflexión se detuvo en una página y sonrió. Había encontrado el vestido perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario