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lunes, 9 de mayo de 2011

Un día rojo...

Un torrente de ideas vinieron a su mente cuando se despertó temprano por la mañana, se vistió rápidamente y bajó las escaleras con cuidado. Tenía ganas de comerse el mundo. Se paró ante una hilera de hormigas curiosas por ver el paisaje, cemento por todas partes pero aún así un humo de vitalidad y frescura salía del pavimento que pisaba. Con cada pasito cogía más fuerzas, " este va a ser mi día; hoy va a salir el sol" se repetía para sus adentros.
Un chico pasó rozando su gabardina, iba corriendo con la cabeza despeinada, parecía tener unos quince años. Una señora sentada en el café la empezó a observar bajo sus gruesas gafas de marca cara. Otro señor de gran bigote leía el periódico en una esquina apartada del mismo café. Observando todo su alrededor iba ella, acercándose a la parada del metro, donde todo un mundo nuevo iba a comenzar. Se sentó en el asiento, justo delante de un ejecutivo, su pelo engominado y su maletín describían su importancia, pero sus ojos y su boca torcida su aburrimiento. Ella no, iba vestida de colores vivos, pantalón color crema y camiseta rojo chillón, incluso el bolso y sus zapatos eran rojos..
Lista para comenzar la aventura del día

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