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martes, 31 de mayo de 2011

El ojo

El resto del día no tuvo mucho tiempo para pensar sobre lo ocurrido porque había mucho trabajo. El final de mes se acercaba y la publicación tenía que estar perfecta para salir al mercado. Sus botas rojas la llevaron a numerosas reuniones y departamentos. Cada vez que volvía de una y entraba en su despacho, miraba hacia su derecha y veía el ramo de flores. Estaba deseosa de tener un minuto libre para poder investigar. ¿Su vida estaba dando un giro inesperado?, ¿ habían notado algo diferente en ella el resto de empleados?, ¿seguía siendo una broma de alguien?.
Por fin, al final del día, se sentó en su gran sillón de cuero y sacó el mapa. Cogió una lupa de un cajón y se puso a mirar detenidamente. Encontró varios símbolos que le llamaron la atención. Uno de ellos era el ojo negro, el mismo que había al final de la nota que había recibido con las flores. Los demás, seguía sin reconocerlos. También había algo escrito en el pergamino, pero no llegaba a comprender el idioma. Era una escritura muy rítmica y elaborada. 
Estuvo observando el mapa unos minutos más, mientras que en una pequeña libreta negra apuntaba y dibujaba los diferentes símbolos. Cuando terminó, abrió internet y empezó a buscar.

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