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lunes, 25 de julio de 2011

Puerta circular

Al principio pensó en volver a su habitación. Pero la sombra que había visto no dejaba de rondarle la cabeza. Miró a su alrededor y no vio a Stephano. Bajó las escaleras y se dirigió en la misma dirección que aquello que la perturbaba la mente.
Se encontró en un largo pasillo lleno de puertas. No sabía donde se había escondido la sombra. Era complicado ver algo entre tanta oscuridad. Llegó hasta el final del pasillo, pero no vio nada. Se quedó pensativa y decidió volver a las escaleras desilusionada. Cuando al fin se decidió por volver, vio una leve luz que salía por debajo de la puerta. Se acercó y escuchó atentamente para ver si oía algo extraño. Esperó unos minutos pero nada. Decidió intentar abrir la puerta, al principio la costó mucho, pero dada su insistencia cedió.
Cuando entró se encontró sola en una gran habitación de madera. En el centro de ella había una gran puerta circular. Era de piedra gris con incrustaciones de pequeñas piedras. Eran tan pequeñas que de lejos no se veían. Eran de todos los colores: cuarzo rosa, aguamarina, turquesa... Le daba un aspecto brillante.
Cuando se acercó el interior se volvió de color gris. Ella se acercó a la puerta por el repentino miedo que sintió. Justamente cuando tocó el pomo de la puerta, energías blancas empezaron a salir del centro del círculo.

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