Vistas de página en total

martes, 12 de julio de 2011

Una cena misteriosa

No sabía donde estaba y eso la intrigaba a la vez que la daba miedo. Cogió la rosa con mucho cuidado. Era la más bonita que había visto en su vida. La olió y por un momento se trasladó a un paraíso tropical. Se despertó de su sueño repentinamente cuando se pinchó con una espina. Pronto llegó el sirviente con una fuente de comida. La dejó encima de la mesa con mucha destreza. Se fijó en la pequeña mancha de sangre que había en la mesa y murmuró algo con tono de desaprobación.
Cuando se fue Ella miró detenidamente el plato que la había dejado. Se trataba de un increíble ejemplar de plata. En el borde aparecía tallado el ojo negro egipcio. Era el mismo que había visto impreso en las hojas rojas. Todo estaba relacionado, aunque no conseguía ver la conexión. Con esperanzas renovadas empezó a engullir la cena.
Se quedó pensativa en algunas ocasiones. No entendía como en los últimos días se habían mezclado en su vida elementos de la cultura egipcia y elementos de la cultura celta. Mirase por donde lo mirase para ella no existía relación alguna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario