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miércoles, 20 de julio de 2011

Un pequeño baile

Como no tenía nada que hacer se fue a dormir. Esa noche durmió muy intranquila. No hacía más que soñar cosas extrañas. Pasadizos que no la llevaban a ningún lugar. Una música la despertó. Se incorporó y encendió la luz. Se encontró con un elegante vestido encima y un pequeño cesto de aseo.  Le pareció muy extraño pero se acercó para verlo mejor.  Encontró una pequeña nota, la leyó atentamente "A medianoche te espero". Una ola de excitación acarició sus sentidos.
Se bañó y vistió con mucho mimo. Estaba nerviosa. Sacó de su bolso su rizador de pestañas, y se aplicó una capa doble de máscara de pestañas. El vestido rojo era de su talla y el escote en pico la favorecía.
Se puso unos zapatos de tacón alto y salió de la habitación. No había nadie esperándola así que fue sola hasta las grandes escaleras. El suelo de mármol ajedrezado era de un brillo indescriptible.
Cuantas más escaleras bajaba, más sonora era la música. No conocía la distribución de aquella mansión, pero se orientó por los sonidos. Pronto llegó a una gran puerta de madera. Estaba tallada en forma de árbol. Era impresionante.
La abrió con cuidado y se encontró ante una gran sala de baile. Estaba llena de personas elegantes y mujeres bellisimas. Sintió como los ojos negros se clavaban en su espalda.

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